Saturday, July 15, 2006


Hierro 3
un film de kim ki-duk




Unidos en la soledad

Galardonada con el León de Plata al Mejor Director en la pasada edición del Festival de Venecia, fue la gran triunfadora , donde ganó la Espiga de Oro y tuvo una buena acogida entre la crítica y el público (obtuvo el Premio de la Juventud). Hay películas sobre las que resulta difícil contar su historia, porque no existe o es mínima. Ésta es una de ellas, pues parece realizada para ser contemplada, admi-rada y reflexionada... pero no contada; por otra parte, su carácter ambiguo y fuertemente metafórico propicia las más variadas interpretaciones, que no conviene cercenar.

Tae-suk es un joven solitario que se las ingenia hábilmente para introducirse en casas ajenas, aprovechando la ausencia de sus dueños. No roba ni ocasiona daños, sino que al contrario “paga” su estancia con pequeños servicios o arreglos materiales. En uno de esos pisos encontrará a Sun-hwa, una joven maltratada por un rico y arrogante esposo que tiene el golf como afición; tras una incipiente amistad, ella será su compañera en nuevos “asaltos” domiciliarios hasta que descubran a un hombre muerto, sean acusados de asesinato, y finalmente separados por la intervención del marido de Sun-hwa. Sin embargo, entre ellos ha nacido un amor que no se apagará, que perdurará aunque sea de manera un tanto espectral.

Desde el inicio, en la película se juega con las sensaciones de los protagonistas, que se turban al intuir la presencia de alguien en las estancias cerradas; del mismo modo, vemos a los dos jóvenes que viven como fantasmas que deambulan por un mundo en el que realmente no habitan. De ahí el afán de Tae-suk por retratarse junto a personas que aparecen en las fotografías que decoran las casas visitadas: es una manera de apropiarse de unas vidas desconocidas, de llenar su vacío existencial; no busca riquezas ni bienes materiales, pues nunca se apropia de nada y su moto deja ver su posición acomodada; sólo necesita compañía y afecto, tener la sensación de que su vida importa a alguien. Esa vaciedad y soledad, esa búsqueda de algo que no se ve, y esa intuición de que no estamos solos son sensaciones que los actores logran transmitir al espectador con sus miradas frías y vacías, sin necesidad de mediar palabra; sus interpretaciones son sobrias pero expresivas, y trasmiten todo el escepticismo y pesimismo que el mismo Kim Ki-duk refleja en el resto de su obra; el director se defiende argumentando que pretende mostrar lo que ocurre en las relaciones humanas, y que sólo recoge la crueldad que la vida encierra. Visión fatalista, pues, de la realidad aunque al final se intuya una vaga esperanza con un desenlace que sabe más a sucedáneo que a otra cosa, y donde los rótulos vienen a decirnos que muchas veces los sueños son más felices que la realidad, y que es preferible evadirse de ésta viviendo como espectros.

El director coreano no abandona su minimalista puesta en escena ni el carácter críptico y simbólico de su anterior producción: casas vacías, personas solitarias, un palo de golf apenas usado –el hierro 3, de ahí el título– son símiles utilizados para hablar de la soledad; y precisamente, será el joven Tae-suk, quien aporte la calidez necesaria a esas casas deshabitadas, quien rescate de la soledad a una mujer abandonada y sin afectos. Apenas hay diálogos, y hasta éstos se podrían suprimir porque Kim Ki-duk habla con la cámara, a la que dota de lirismo para captar sensaciones y fuerza con el fin de recoger los dramas interiores de unos personajes desarraigados de la sociedad, aislados de un mundo que les ignora, inmersos en un vacío existencial. Precisamente el silencio se convierte en el mejor aliado para que se entiendan y amen dos almas que sufren, mientras que los diálogos de quienes no quieren escuchar no conducen más que a la confusión y a la deshumanización; esto es lo que sucede en la escena de la comisaría, ante la acusación injusta que no merece ni una sola palabra de autodefensa de los acusados, conscientes de su inutilidad.

Se trata de una película rica en contenidos, profunda en su análisis de la sociedad moderna, de factura fresca y muy cinematográfica, aun-que sólo aconsejable para un público –quizá minoritario– que esté dispuesto a recrearse en la poesía de las escenas o a reflexionar en sus mensajes.

2 comments:

Anonymous said...

al principio me rei mucho, tu sabes, el parecido del protagonista con el anibal y los inconvenientes de proyeccion, pero mas tarde cuando ya toso se calmo, me capturo el silencio de tal forma que cuando alguien hablaba en la pelicula misma, me molestaba..mucho
buenisima
besos

Casius II said...

muy buena... opino muy parecido al usuario anonimo que esta arriba... XD
muy buena la pelicula, con gana de que la vea mi familia y mis amigos....

Besossss...
A ver cine arte